No, tu teléfono no te vuelve más tonto ni olvidadizo

No, tu teléfono no te vuelve más tonto ni olvidadizo

septiembre 4, 2021 0 Por RenzoC


Lo digital está en todas partes. Hemos dependido cada vez más de los teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras durante los últimos 20 años, y esta tendencia se ha acelerado debido a la pandemia.

La sabiduría convencional nos dice que depender demasiado de la tecnología puede interferir con nuestra capacidad para recordar, prestar atención y ejercer el autocontrol. De hecho, estas son habilidades cognitivas importantes. Sin embargo, los temores de que la tecnología pueda suplantar la cognición pueden ser infundados.

La tecnología está cambiando la sociedad

Sócrates, considerado por muchos como el padre de la filosofía, estaba profundamente preocupado por cómo la tecnología de la escritura afectaría a la sociedad. Dado que la tradición oral de pronunciar discursos requiere cierto grado de memorización, temía que la escritura eliminara la necesidad de aprender y memorizar.

Platón escribió, citando a Sócrates:

Si los hombres aprenden esto, implantará el olvido en sus almas; dejarán de ejercitar la memoria porque se apoyan en lo escrito, recordando las cosas ya no desde dentro, sino mediante marcas externas.

Este pasaje es interesante por dos razones. Primero, muestra que ha habido una discusión intergeneracional sobre el impacto de las nuevas tecnologías en las habilidades cognitivas de las generaciones futuras. Todavía es cierto hasta el día de hoy: el teléfono, la radio y la televisión han sido aclamados como presagios del fin de la cognición.

Esto nos lleva a la segunda razón por la que esta cita es interesante. A pesar de las preocupaciones de Sócrates, muchos de nosotros todavía podemos memorizar información cuando es necesario. La tecnología simplemente ha reducido la necesidad de ciertas funciones cognitivas, no nuestra capacidad para realizarlas.

Empeoramiento de la cognición

Además de las afirmaciones de los medios de comunicación populares, se ha interpretado que algunos hallazgos científicos sugieren que la tecnología digital puede conducir a una disminución de la memoria, la atención o el funcionamiento ejecutivo. Sin embargo, al examinar estas afirmaciones, surgen dos hipótesis argumentativas importantes. La primera hipótesis es que el impacto tiene un efecto duradero sobre las capacidades cognitivas a largo plazo. La segunda hipótesis es que la tecnología digital tiene un impacto directo y no moderado en la cognición. Sin embargo, ambas hipótesis no están respaldadas directamente por resultados empíricos.

Una revisión crítica de la evidencia sugiere que los efectos mostrados han sido temporales y no a largo plazo. Por ejemplo, en un gran estudio que examinó la dependencia de las personas de formas externas de memoria, los participantes tenían menos probabilidades de recordar información cuando se les decía que esta información se registraría en una computadora y que tendrían acceso a ella. Por otro lado, recordaban mejor la información cuando se les decía que no se guardarían.

Existe la tentación de concluir a partir de estos resultados que el uso de la tecnología conduce a una disminución de la memoria, una conclusión que los autores del estudio no sacaron. Cuando la tecnología estaba disponible, la gente confiaba en ella, pero cuando no estaba disponible, la gente seguía siendo perfectamente capaz de recordar. Como tal, sería apresurado concluir que la tecnología perjudica nuestra capacidad de recordar.

Además, el efecto de la tecnología digital en la cognición podría deberse a la motivación de una persona más que a sus procesos cognitivos. De hecho, los procesos cognitivos operan dentro del marco de objetivos para los cuales nuestras motivaciones pueden variar. Específicamente, cuanto más motivadora es una tarea, más comprometidos y enfocados estamos. Esta perspectiva redefine la evidencia experimental que muestra que los teléfonos inteligentes socavan el desempeño en tareas de atención sostenida, memoria de trabajo o inteligencia fluida funcional.

Es probable que los factores motivacionales desempeñen un papel en los resultados de la investigación, especialmente porque los participantes de la investigación a menudo encuentran que las tareas que se les pide que realicen para el estudio no son importantes o aburridas. Debido a que hay muchas tareas importantes que hacemos con la tecnología digital, como mantenernos en contacto con nuestros seres queridos, responder correos electrónicos y disfrutar del entretenimiento, es posible que la tecnología digital esté socavando el valor motivador de una tarea experimental.

Más importante aún, esto significa que la tecnología digital no daña la cognición; si una tarea es importante o interesante, los teléfonos inteligentes no comprometerían la capacidad de las personas para realizarla.

Cambiar la cognición

Para utilizar la tecnología digital, los procesos cognitivos internos están menos enfocados al almacenamiento y cálculo de información. En cambio, estos procesos convierten la información en formatos que se pueden descargar a dispositivos digitales, como frases de búsqueda, y luego se cargan e interpretan. Este tipo de volcado cognitivo es como la forma en que las personas toman notas en papel en lugar de memorizar cierta información en la memoria a largo plazo, o cuando los niños usan sus manos para ayudar a contar.

La principal diferencia es que la tecnología digital nos ayuda a descargar conjuntos de información complejos de manera más efectiva y eficiente que las herramientas analógicas, y sin sacrificar la precisión. Un beneficio importante es que la capacidad cognitiva interna que se libera de tener que realizar funciones especializadas como recordar una cita del calendario se libera para otras tareas. Esto, a su vez, significa que podemos lograr más, cognitivamente, que nunca.

Como tal, no se debe considerar que la tecnología digital compite con nuestro proceso cognitivo interno. En cambio, complementa la cognición al expandir nuestra capacidad para hacer las cosas.

Este artículo de Lorenzo Cecutti, estudiante de doctorado, marketing, Universidad de Toronto y Spike WS Lee, profesor asociado, administración y psicología, Universidad de Toronto, se ha vuelto a publicar de The Conversation con una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.

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